Entre la muerte de Viriato (139 a. C.) y la caida de Numancia (133 a. C.), los romanos conquistaron los territorios occidentales entre el Duero y el Miño, pueblos a los que se denominó posteriormente como galaicos bracarenses. Según cuentan, los supersticiosos romanos creían que el río Limia era el mítico río infernal Leteo, que si lo cruzabas perdías la memoria (el río del Olvido).
Aquí Forges (Historia de Aquí, nº 5), nos cuenta la leyenda, con su peculiar visión humorísitica (aunque confunda el Limia con el Miño).