Gran Bellotada en Quintanilla de Onésimo (o de Abajo)

TERCERA BELLOTADA DEL DUERO
(VALLADOLID)

Después de sembrar 3.700 bellotas en Traspinedo y superar las 5.500 en Sardón de Duero, La Bellotada del Duero nos invita a participar este próximo sábado, 14 de diciembre, en el municipio de Quintanilla de Abajo/Onésimo en la siembra de las bellotas de las tres quercíneas autóctonas de la provincia: encina, coscoja y quejigo.

Nos reuniremos a las 10.30 horas en la Plaza del Bailadero y de ahí subir al páramo. O directamente arriba para los que lleguen tarde, en el paraje de Las Tres Matas a las 11.30 horas, para ello se sube en vehículo por la carretera Cuellar y nada más llegar arriba, girar a la izquierda en el primer camino, zona Cabezo de la Matacara. (Ver mapa, línea amarilla.)

El monte de este páramo constituye un LIC de la Red Natura 2000, con el nombre de ‘El Carrascal’. El nombre ya hace referencia al arbusto o mata de la especie reina del bosque mediterráneo: la encina. Este monte durante siglos fue monte comunal en el que abundaba el bosque mixto de quercíneas y coníferas. Nuestros robles enciniegos o quejigos tenían una mayor presencia, compartían el terreno junto a las encinas, por otra parte tambíen tenemos coníferas como las sabinas y los pinos albares (que es cómo se llama por aquí al pino piñonero). Aunque aún haya bastante masa forestal, todavía queda mucho por regenerar.

Interior del monte del Carrrascal.

Debido al cambio climático que está incrementando la sequia estival y si añadimos el mayor riesgo de los incendios, empeorado con las infraestructuras y construcciones humanas, implica el avance de la desertificación, y la reforestación es una de las soluciones. Reforestación para recuperar nuestro bosque mediterráneo, bosque adaptado al calor estival y la falta de agua, como a las puntuales heladas invernales. Bosque mixto donde hay gran biodiversidad. Recordemos que uno de los ‘puntos calientes’ de biodiversidad de este planeta lo representa este bioma terrestre.

Su regeneración es vital. Porque en el caso de un supuesto colapso de civilización —como predicen los malos augurios— podremos volver a la naturaleza. Volver a la naturaleza no es nuevo, a lo largo de historia de la humanidad ya ha ocurrido varias veces, y para ello tenemos que no solo conservarla, sino también ayudar a expandirla y recuperarse, de lo contrario no nos quedaría nada.

Mientras mucha gente sale a protestar a las calles de las ciudades (que serían las primeras en ser despobladas), otra gente preferimos hacer algo más útil y eficaz, como sembrar bellotas para regenerar el bosque. Bosque que será nuestro futuro. Y bosque que mucha gente del entorno rural está intentando recuperar. Medio rural abandonado por las autoridades, desacreditado por los urbanitas y manipulado por intereses políticos. No solo en los pueblos hay vino, toros y caza (que quieren usar como señal de indentidad algunos impresentables), sino respeto por la Madre Tierra.

Una de las viejas encinas de Las Tres Matas.