Archive for diciembre 2017

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¡¡¡CAZA NO!!!

30 diciembre , 2017

Joaquin caza no

Fuente: https://twitter.com/joaquinaraujo/status/946638635432103936

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Belén amigurumi en Quintanilla

26 diciembre , 2017

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En la Sala San José, en la plaza del Bailadero, hay expuesto estos fines de semana un Belén elaborado con la técnica nipona del amigurumi. Consta de unas doscientas figuritas. Y podéis acercaros a verlo en el municipio vallisoletano de Quintanilla de Abajo (o de Onésimo, dependiendo del pie que se cojee).

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Mediante el tanteo del ensayo y error, y mucho más que se tuvo que desechar, a las artífices las llevó un año hacerlo. He aquí sus nombres.

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Un logotipo en la espalda distinguirá en Madrid a los policías nazis de los normales

18 diciembre , 2017

polisnazis

Y patrullarán siempre solos para evitar que se envalentonen contra los ciudadanos

ROKAMBOL
22 noviembre 2017

El Ayuntamiento restringirá además las horas de gimnasio para los policías fascistas y les limitará la proporción muscular respecto al volumen de su masa encefálica. Al parecer algunos agentes nacional-socialistas se han fabricado bíceps cuyo tamaño sextuplica al de su cerebro.

Los uniformes demasiado ajustados, marcando culitos, tríceps y omoplatos, y las camisas remangadas dejando ver tatuajes poco solidarios y musculaturas perfectamente depiladas también serán supervisados por los mandos policiales, pues muchos ciudadanos les confunden con streapers en lugar de agentes de la ley. «Cuando te encuentras en peligro, lo único que quieres es que los policías te defiendan de los malos, no que se arranquen el pantalón con una sola mano y te pasen el pene por la frente», se lamentan algunos vecinos, hartos ya del aspecto cabaretero de muchos agentes municipales.

También a partir de ahora, los policías nazis de Madrid dejarán de patrullar en parejas y no tendrán permitido viajar en la misma furgoneta con otros policías nazis, pues cuando están en grupo se encuentran más fuertes y seguros para amenazar a las personas indefensas, según confirman los psicólogos.

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Un dinosaurio parecido a un pato con cuello de cisne y aletas de pingüino

11 diciembre , 2017

Halszkaraptor

Agencia SINC
6 diciembre 2017

Halszkaraptor escuilliei es una nueva especie de dinosaurio con cuello de cisne y aleta delantera. Pertenece al grupo de los manirraptores, que incluye a las aves y a sus parientes más cercanos. Durante el Cretácico, varios de sus linajes desarrollaron diferentes características relacionadas con los ecosistemas que habitaban: vuelo activo, gigantismo, cursorialidad (una adaptación específica para correr) y alimentación hervíbora.

Su fósil se halló incrustado en una roca, en lo que hoy es Mongolia, y vivió durante la etapa Campaniense del Cretácico —–hace entre unos 71 y 75 millones de años—. El nuevo espécimen, según relatan en la revista Nature investigadores del Museo Giovanni Capellini (Italia), tiene características extrañas que comparten con grupos de reptiles y aves acuáticas o semiacuáticas. Llegaron a esta conclusión al escanear los restos mediante radiación sincrotrón de alta resolución.

Los investigadores interpretan sus características como las de una nueva especie de terópodo anfibio que caminaba sobre dos patas en tierra, con adaptaciones similares a los patos. Usaba sus extremidades anteriores como aletas para maniobrar en el agua, como los pingüinos, y su cuello largo le servía para la búsqueda de alimento y la emboscada de presas.

Lo han agrupado con otros dos especímenes hasta ahora enigmáticos y fragmentarios, para crear una nueva subfamilia de dinosaurios: los Halszkaraptorinae.

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¿Existe el Yeti, el abominable hombre de las nieves?

1 diciembre , 2017

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No. Un nuevo estudio vincula las muestras de ADN de presuntos yetis con un antiguo linaje de osos asiáticos

NATIONAL GEOGRAPHIC
29 noviembre 2017

El Yeti o el Abominable hombre de las nieves, es una misteriosa criatura con el aspecto de un gran mono que se dice, habitó en las altas montañas de Asia, ocupando desde hace siglos un lugar destacado en la mitología de Nepal y el Tíbet. Los avistamientos de esta criatura mitológica han sido reportados durante siglos. Sus huellas, dicen las crónicas del lugar, han sido vistas en innumerables ocasiones y las leyendas sobre un hombre gigante que habita la cordillera del Himalaya han sido transmitidas de generación en generación por sus oriundas gentes.

Ahora, un nuevo estudio de ADN realizado sobre las presuntas muestras de Yeti albergadas en museos y colecciones privadas está proporcionando una idea de los orígenes de esta leyenda del Himalaya.

La investigación analizó nueve especímenes de «Yeti», incluidas muestras de huesos, dientes, piel, pelo y heces recolectadas en el Himalaya y la meseta del Tíbet. De todas ella, una resultó ser de un perro. Sin embargo las ocho muestras restantes resultaron pertenecer a varios ejemplares de osos negros asiáticos, osos pardos del Himalaya u osos pardos tibetanos.

«Nuestros hallazgos sugieren de manera reveladora que los fundamentos biológicos de la leyenda del Yeti se pueden encontrar en los osos locales, y nuestro estudio demuestra que la genética debería ser capaz de desentrañar otros misterios similares», dice la científica Charlotte Lindqvist, profesora de ciencias biológicas en la Facultad de Arte y Ciencia de la Universidad de Buffalo, Estados Unidos, y profesora asociada visitante en la Universidad Tecnológica de Nanyang-NTU, en Singapur.

Aunque su equipo no es el primero en investigar el ADN «Yeti», los proyectos anteriores en los cuales se ejecutaron análisis genéticos más simples, dejaron varias cuestiones importantes sin resolver, afirma la investigadora. «Este estudio representa el análisis más riguroso hasta la fecha de muestras que se sospecha derivan de «criaturas anómalas» u «homínidos míticos»», escriben Lindqvist y sus coautores en el artículo presentado por la Royal Society.

La ciencia tras el folclore

Lindqvist sostiene que la ciencia puede ser una herramienta útil para explorar las raíces de los mitos sobre criaturas grandes y misteriosas. De este modo señala que en África, la famosa leyenda occidental de un «unicornio africano» fue explicada a principios del siglo XX por investigadores británicos, que encontraron y describieron el okapi de carne y hueso, un pariente de la jirafa que parece una mezcla entre la propia jirafa, una cebra y un caballo.

En Australia, donde personas y animales descomunales pudieron haber coexistido hace miles de años, algunos estudiosos han especulado que las referencias a enormes criaturas parecidas a animales en la mitología aborigen, pueden haber surgido de encuentros antiguos con la megafauna real o sus restos, conocidos hoy a través del registro fósil australiano.

Pero aunque algunas de esas conexiones siguen siendo inciertas a día de hoy, el trabajo de Lindqvist, como el descubrimiento del okapi, es directo: «Claramente, una gran parte de la leyenda del Yeti tiene que ver con los osos», relata. Es de este modo, que el equipo dirigido por la científica a través de su análisis genético, muestra como un trozo de piel de la mano de un «Yeti» —parte de una reliquia monástica— o un fragmento de fémur encontrado en una cueva en la meseta tibetana resultaron pertenecer a un oso negro asiático y un oso pardo tibetano respectivamente.

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Resolviendo misterio científico: la evolución de un oso enigmático

Además de rastrear los orígenes de la leyenda del Yeti, el trabajo de Lindqvist está sacando a la luz una ingente cantidad de información sobre la historia evolutiva de los osos asiáticos: «los osos en esta región son vulnerables o están en peligro crítico desde una perspectiva de conservación, pero no se sabe mucho sobre su historia pasada», afirma la investigadora. «Los osos pardos del Himalaya, por ejemplo, están en grave peligro de extinción. Clarificar la estructura de la población y la diversidad genética puede ayudar a estimar los tamaños de las poblaciones y elaborar estrategias de gestión», añade.

Los científicos secuenciaron el ADN mitocondrial de 23 osos asiáticos —incluido el de supuestos Yetis— y compararon estos datos genéticos con los de otros osos en todo el mundo. Este análisis mostró que, si bien los osos pardos tibetanos comparten un ancestro común cercano con sus parientes norteamericanos y eurasiáticos, los osos pardos del Himalaya pertenecen a un linaje evolutivo distinto que se separó desde el principio de todas las demás especies de osos pardos.

Esta división ocurrió hace unos 650.000 años, durante un período de glaciación, según los científicos, los cuales sugieren que la expansión de los glaciares y la geografía montañosa de la región pudo haber causado que los osos del Himalaya se separasen de los demás, lo que les llevó a un prolongado período de aislamiento y hacia un camino evolutivo independiente.

Héctor Rodríguez