Archive for noviembre 2017

h1

Summer Wine

27 noviembre , 2017

vida salvaje

Das Wilde Leben (Una vida salvaje) es una película de 2007 basada en la vida de la modelo alemana Uschi Obermaier. Quien fuese icono sexual a caballo entre los años 60-70, conocida ‘grupi’ que participó en la gira de los Rolling Stones de 1975 y estuvo antes en la K1, una comuna alternativa de Berlín Oeste. Recorrió el mundo durante seis años en un autobus con su pareja Dieter Bockhorn, relación problemática que acabó mal.

En la banda sonora de esta película tenemos la versión de un tema de aquellos años, que hacen la actriz protagonista junto al vocalista del grupo finlandés HIM, Natalia Avelon y Ville Valo, respectivamente: Summer Wine. Y que inicialmente diese a conocer Lee Hazlewood con Nancy Sinatra en 1967.

La canción trata sobre una noche de verano en el que un hombre invita a vino a una desconocida, y tras despertarse resacoso ve como ella le ha desplumado.

 

h1

Heroes

24 noviembre , 2017

Este año se ha editado Under Cover, un álbum de MOTÓRHEAD, producido en 2015, en el que sale varias versiones grabadas en discos anteriores. Magistral es esta del clásico Heroes (1977) de David Bowie (con Brian Eno), que fue lo último que grabó meses antes de morir nuestro añorado Lemmy; y, paradojas del destino, coincidieron casi ambos artistas al fallecer.

h1

Despeñar jabalíes mola

19 noviembre , 2017

vergüenza

Por MAURICIO ANTÓN*

Estos días circula por las redes sociales un vídeo que muestra a una turba embrutecida de supuestos senderistas despeñando a un jabalí vivo por un precipicio en la ruta del Cares, entre vítores y grititos de excitación de los asistentes. Ante este espectáculo se pregunta uno cómo hemos llegado a tal degradación de la condición humana. En tiempos se solía creer que las manifestaciones de violencia respondían en última instancia a injusticias y desequilibrios materiales, y nos cuesta entender qué oscuros impulsos convierten a un grupo de personas aparentemente normales, que disfrutan de un sano esparcimiento en la naturaleza, en una horda sedienta de sangre.

La razón es tristemente obvia: hay otras fuentes de violencia que no están ni en la miseria de unos ni en el afán opresor de otros, si no que provienen de un profundo vacío mental y de la percepción más o menos borrosa de la propia inutilidad. El aburrimiento puro y duro se ha convertido en una de las causas fundamentales de la destructividad en el ciudadano occidental. Décadas de paz y prosperidad han traido, irónicamente, una proliferación de individuos cada vez más infantiles e irresponsables. Personas que han olvidado el privilegio que significa tener un plato de comida en la mesa se indignan con furia visigoda ante humillaciones y agravios imaginarios, pero si se les enfrenta a problemas serios como la debacle medioambiental, entran en pánico y miran a otro lado negando la evidencia.

Tenemos un déficit de humanidad y una deuda educativa importantes, pero todos los esfuerzos que se hagan por inculcar valores a las nuevas generaciones se ven saboteados por el ejemplo que dan las clases dominantes. Actividades recreativas como los toros y la caza de trofeos son señas de identidad de nuestras presuntas élites, y al margen de todos los disfraces culturales con que se las quiera vestir, estas «aficiones» envían un mensaje simple y contundente a la ciudadanía: MATAR MOLA. Esta contradicción entre la educación y el ejemplo causa una especie de cortocircuito neuronal, y las personas simplemente vuelven a la casilla de partida de la evolución mental, es decir al planteamiento cavernario de toda la vida: «chico, tú abusa antes de que otros abusen de tí».

Por si este vídeo poco edificante no fuese bastante, las redes nos obsequian hoy con otra imagen en la misma línea: el hijo del presidente actual de los Estados Unidos posa en algún país africano frente a un elefante recién abatido, y exhibe ante la cámara la cola recién cercenada del paquidermo. Incluso este acto de ostentación no basta al joven heredero, que querría llevarse el macabro despojo de vuelta a casa para presumir ante la clase de amigos que valoran semejante hazaña. Pero la ley actual en su país prohibe la importación de esos trofeos y el joven exigió la ayuda de su todopoderoso padre, que ahora se ha propuesto modificar la ley para permitir la importación de fragmentos amputados de elefantes a los Estados Unidos.

De vuelta en España, pocas actividades resumen tan bien la sed de muerte y el abuso de poder como la caza de lobos como trofeos. Las autoridades de nuestro país, en vez de defender nuestro patrimonio natural, tocan una y otra vez a la puerta de Europa para pedir que el lobo sea declarado especie cinegética en territorios en que la ley comunitaria establece su protección estricta. De este modo entregarían el regalo más codiciado para aquellos a los que les pica el dedo en el gatillo con sólo pensar en disparar al rey de los depredadores ibéricos. Los niños mimados de nuestro sistema nos están enviando un mensaje claro de violencia y dominación, y lo malo es que ni siquiera nos damos cuenta de que ese mensaje está calando. Es urgente desterrar de nuestra sociedad pasatiempos anacrónicos basados en la violencia gratuita que sólo contribuyen a embotar la sensibilidad de las personas. Y es que la sensibilidad, como la cultura, es algo que enriquece nuestra vida y nos hace libres. No dejemos que una minoría ociosa nos la arrebate.

* Vicepresidente de LOBO MARLEY

h1

Hijos de la Anarquía

9 noviembre , 2017

Sons of Anarchy

  J. CARO

Hace pocos días me senté a ver una serie americana de televisión titulada ‘Sons of Anarchy’, en español, ‘Hijos de la Anarquía’. La serie no vale nada. Cuenta la historia de una banda de moteros, muy similar a Los Ángeles del Infierno, en sus trapicheos con drogas, asesinatos, traiciones y ajustes de cuentas, todo ello bien aderezado con testosterona, músculos, tatuajes y armas, muchas armas de todo tipo y calibre, con esa especial adoración que sienten los «americanos» por las armas de fuego. A juzgar por lo que sabemos de ellos, una simple imagen lejana cargada de estereotipos y falsedades, sin duda, pero con cierta base real, está claro que el dinero y las armas son piezas claves en la sociedad estadounidense. Sin olvidar a las mujeres que, fieles a su papel de bellas hembras con grandes pechos, cabalgan en el asiento trasero de la moto, listas para el sexo ante la menor insinuación. Los Hijos de la Anarquía es un club exclusivo para hombres.

Bien, esta fue la impresión que saqué tras ver el primer capítulo. Confieso que no pude con más. Me pareció intragable. En un principio iba bien predispuesto. ¿Anarquía? ¿Qué será esto?, me pregunté con curiosidad. Quizás mi juicio resulte precipitado, pero lo poco que vi me pareció basura. No obstante, para mi sorpresa descubro que, contrariamente a mi negativa opinión, está considerada como una buena serie, muy premiada, con 7 temporadas de emisión y 92 episodios, además de contar con bastante éxito mundial. Es decir, que esta miserable serie ha paseado el nombre de la anarquía por el mundo entero, y como no podía ser menos, lo ha hecho de la peor manera posible, asignándole el sentido que el poder político y los medios de comunicación prefieren usar habitualmente, como sinónimo de caos, disturbios y violencia, producto de la falta de autoridad y, por tanto, de ley y orden. Otro clavo más para remachar el ataúd anarquista en el que pretenden enterrar para siempre las ideas libertarias.

Hace tiempo leí Ángel del Infierno, las macarrónicas memorias del fundador de la banda, Ralph «Sony» Barger, para tener información de primera mano sobre ellos, y el espléndido libro de investigación del periodista ‘gonzo’ Hunter H. Thompson, Los Ángeles del Infierno, una extraña y terrible saga, donde relata cómo eran estos matones motorizados, tras una larga convivencia en común con ellos allá por los años sesenta del siglo XX. Y ambos lo dejan claro. En realidad, eran unos indeseables delincuentes que se valían del número y una brutal intimidación para llevar a cabo sus actividades delictivas. Peleas, drogas, armas, dinero, alcohol y sexo conforman la vida cotidiana de estos moteros forajidos, que muy poco o nada tienen que envidiar a cualquier otro grupo criminal o mafioso. La única diferencia es la estética que los define: grandes motos de carretera, cadenas, banderas, tatuajes, hasta cruces gamadas, y el ostentoso parche en la espalda con la insignia del club al que pertenecen. Ideológicamente tienen la mentalidad básica del matón fascista: agresiva, irracional, fanática, patriotera y profundamente estúpida y cruel. Y eso es, a grandes rasgos, lo que cuenta la serie. O dicho de otra forma, los ‘Hijos de la Anarquía’ son bandidos, asesinos y traficantes de armas.

Bueno, si solamente se tratara de una vulgar obra de ficción, no tendría inconveniente alguno. Incluso entendería que la situación crónica de crimen y corrupción que muestra la serie estuviera provocada por un sistema social desigual e injusto. Pero más engañoso y perverso me parece haber equiparado la anarquía con una banda criminal. Mucha gente, chicos jóvenes sobre todo, verá la serie y una vez más sus ideas al respecto sobre el anarquismo se verán confirmadas. Anarquía = caos.

Yo creo que esta falsa e insidiosa publicidad causa un verdadero daño al movimiento libertario, pues la opinión pública confunde a unos con otros. Además constituye una ofensa hacia tantos hombres y mujeres que dedicaron su vida a tratar de hacer del mundo un lugar mejor, más digno y humano para todos, donde las ideas de libertad, justicia social y solidaridad fueran reales, que no otra cosa constituyó el anarquismo para muchas personas en el pasado. Y asimismo hacia los que ahora, a nuestra modesta manera, tratamos de continuar con una herencia anarquista de tan larga historia. Yo, al menos, me siento afrentado por esa estúpida americanada en forma de folletín televisivo.

TIERRA Y LIBERTAD
octubre-noviembre  2017

h1

¿Por qué los lobos matan muchas ovejas en un ataque?

4 noviembre , 2017

ovejitas tontas

No nos engañemos, el lobo mata y más en época de reproducción, pero ¿por que tantas de una vez?

Primero porque la seguridad del ganado es escasa. Y dos… desde que el hombre comenzó a domesticar animales, entre ellos las ovejas, fue seleccionando aquellos animales que fueran más dóciles, más fáciles de manejar. Animales gregarios que permanecen siempre juntos (reunir animales dispersos por la montaña o por una gran llanura es muy trabajoso) y que incluso ante un peligro se apelotonan, formar un ovillo, en vez de desperdigarse y huir.

Por otra parte, el lobo cuando caza presas salvajes está acostumbrado a que éstas huyan. Si una manada de lobos ataca un grupo de corzos, o jabalíes, estos huyen y se dispersan, y los lobos van atacando tan sólo a aquellos animales que permanecen en su campo de visión.

Cuando atacan un rebaño, sus posibles víctimas no huyen, sólo corretean nerviosas, incluso aunque no estén en un cercado, balando y metiendo un ruido infernal. El lobo atacará una y otra vez por instinto a los animales que tiene a su alcance, matando o mordiendo a varios aunque al final arrastre hacia un sitio más tranquilo tan solo a una pieza para comérsela.

El lobo MATA PARA COMER, pero tener ovejas correteando cerca les hace aumentar su ansia predatoria… si huyeran no pasaría…

SIN LOBOS NO HAY PARAÍSO
8 octubre 2016