Hace un año que nos dejó, se lo llevó un cáncer. Ian Kilmister, más conocido como Lemmy, fue el creador y líder de Motörhead, una de las bandas emblemáticas del rock más duro y pesado. Pasó en sus años de juventud por varias bandas inglesas, conoció a los Beatles en sus inicios, estuvo en una de las primeras bandas rockeras en atravesar el Telón de Acero (en la Yugoslavia de Tito), trabajo como ‘pipa’ para Jimmy Hendrix —a quién también pasaba algunas sustancias prohibidas—, dio las primeras lecciones de bajo a Sid Vicious, entre otras cosas.
En pleno apogeo del punk formó su banda, Motörhead. Banda admirada, por lo que algún periodista denominó «tribus urbanas», desde los ‘jevis’ hasta los ‘punkis’, pasando por los ‘rockers’, todos. De la misma forma que Rob Halford cogió la moda ‘leather’ de los ambientes gays para Judas Priest, la estética de los Hells Angels y similares de los ‘jevis’ se lo debemos a Lemmy y su cuadrilla.
Con su voz carrasposa y el ritmo fuerte y rápido de sus canciones, que luego sirvió de influencia para el ‘trash metal’, Lemmy demostró que se atrevía con todo tipo de género rockero, y no lo hacía nada mal.
Por ejemplo, el famosísimo tema soul de los 60, que dio a conocer Ben E. King, Stand by Me, Lemmy, junto al exbatería de Slayer, Dave Lombardo, en el año 2009 hizo su versión para el film de skate o monopatinaje Extremely Sorry. Haciendo justicia a la canción, Lemmy está completamente a la altura interpretándola (a pesar de su voz, ¡inconfundible!). Sin lugar a dudas una de las mejores versiones que he escuchado (junto a la de Led Zeppelin y John Lennon).
¡¡¡POR LEMMY!!!
¡Qué la tierra le siga siendo leve!