Archive for junio 2012

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30º aniversario de ‘Blade Runner’

30 junio , 2012

Replicar un replicante

Jesús Hidalgo

El 25 de junio se cumplen tres décadas del estreno de la película Blade Runner, la obra maestra de la ciencia ficción dirigida por Ridley Scott. El paso de los años no ha hecho sino agrandar el mito de un filme que metió precozmente el dedo en la llaga en cuestiones que van más allá de lo cinematográfico, como la robótica y la inteligencia artificial, con implicaciones filosóficas.

Agencia SINC | 25 junio 2012

«Va usted caminando por el desierto y se encuentra con un galápago que yace sobre su espalda cociéndose al sol y moviendo las patas para darse la vuelta, pero sin su ayuda no puede. Y usted no le ayuda». Esta es una de las situaciones que plantea el llamado test de Voight-Kampff, utilizado en la película Blade Runner por un cuerpo especial de policía con el objetivo de diferenciar a los replicantes –robots de aspecto humano– de las personas.

El 25 de junio se cumplen tres décadas del estreno del filme, inspirado en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? e ignorado en principio tanto por la crítica como por el público. El oscuro retrato del futuro plasmado por el director Ridley Scott, en el que las personas y los robots se mezclan y confunden en la sociedad, no ha perdido actualidad.

Entre los numerosos debates científico-filosóficos que generó destaca el de si en el horizonte temporal en el que está ambientada la película –el año 2019– era posible el desarrollo de la Inteligencia Artificial que propone.

Según Henrik Sharfe ese futuro ya ha llegado. Al menos para él. Es el director del Center for Computer-mediated Epistemology de la Universidad de Aalborg (Dinamarca) y se pasea por medio mundo en compañía de su clon robótico Geminoid DK, fabricado con el propósito de investigar las tolerancias emocionales y reacciones en interacciones entre humanos y robots.

Para Sharfe –elegido por la revista Time en 2012 como una de las 100 personas más influyentes del planeta– su clon y otros como él podrán caminar por la calle e interactuar con la gente «en tan solo diez años, si en ese tiempo somos capaces de construir las infraestructuras adecuadas, junto con las necesarias fuentes tecnológicas para sacar los robots de los centros de investigación», comenta a SINC el investigador. «Caminamos hacia la construcción de androides hechos y derechos que, en un futuro, mostrarán los sentimientos, las emociones y una comprensión recíproca del cuerpo humano», añade.

Nexus 6, máquinas con sentimientos

¿Podría ser esa inteligencia tan parecida a la del ser humano como plantea Blade Runner? En el filme, un grupo de estos androides escapa a la tierra y los agentes de policía del cuerpo especial Blade Runner, con Rick Deckard (Harrison Ford) a la cabeza, tienen la misión de «retirarlos», según la terminología usada en la cinta. El problema viene cuando el último modelo de replicante –Nexus 6– parece tener un comportamiento indiferenciable del de un humano. Aunque en un primer momento los Nexus 6 no tienen sentimientos, con el paso del tiempo empiezan a desarrollarlos, a hacerse preguntas y reclamar su independencia frente a la esclavitud a la que están sometidos.

Sharfe no cree que en los androides del futuro se pueda llegar a replicar el cerebro de un humano, «lo más probable es que estas máquinas desarrollen otro tipo de inteligencia diferente a la que nosotros poseemos. Si alguna vez fuese posible el desarrollo de máquinas conscientes, mostrarían cualidades distintas a las nuestras», comenta.

Poseedores o no de un cerebro ‘humano’ tanto la visión de Sharfe como la de Blade Runner coinciden en que los robots se crean a nuestra imagen y semejanza para ayudarnos en tareas poco agradecidas; bien sea para «algo tan simple sacar la basura», como comenta el investigador danés, o de ser nuestros «esclavos» en colonias del espacio exterior, como plantea la película.

Robots humanizados y humanos robotizados

«A las personas nos gustaría disponer de servidores con nuestras mismas capacidades. El problema es que, sea quien sea el que tenga esas capacidades, quiere ser libre e independiente y acaba negándose a obedecer. Ese es el gran tema de la película», afirma Miquel Barceló, doctor en Informática de la Universitat Politècnica de Catalunya. «De eso va Blade Runner: la máquina se hace autoconsciente y pone en duda a su creador», coincide José Manuel Molina, catedrático del área de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).

En la cinta de Scott, los replicantes se rebelan contra la idea de tener una fecha de caducidad –de tan solo cuatro años– y desean hallar respuestas a preguntas como «¿de dónde vengo?». Su insubordinación se parece a la del ser humano contra la muerte, igual que su búsqueda de certezas.

«En el filme es el hombre el que se convierte en una máquina por su obsesión por cazar androides, mientras que el androide, con su miedo a morir, se humaniza», añade Barceló. «Incluso se llega a plantear la posibilidad de que Harrison Ford, el cazador de replicantes, también sea uno de ellos; y la escena de pasión entre él y Rachel, una androide, es espectacular», recuerda Molina.

Para Carlos Avendaño, catedrático de Anatomía Humana y Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid, la película propone temas de interés sobre biología, cerebro e Inteligencia Artificial: «Para que puedan plantearse cuestiones filosóficas y éticas en torno a cíborgs o robots se requiere la presencia, real o supuesta, de inteligencia y sentimientos». La cuestión de fondo es cómo inducir esos comportamientos en una máquina y, para ello, hay que comprender en profundidad cómo funciona nuestro cerebro.

Si responde como una persona, ¿es una persona?

«Aún estamos casi empezando en el oscuro laberinto de lo mental. Conocemos ya mucho de los corredores que lo forman –la física, la química y la biología del cerebro y las manifestaciones de la mente–, sabemos lo que buscamos, pero no hemos dado con la clave que nos conduzca desde sus umbrales hasta su más preciado interior, donde se conjugan lo cognitivo y lo afectivo», prosigue Avendaño.

La dificultad de la empresa no desanima a los científicos. Para estudiar cómo el cerebro es capaz de adquirir el lenguaje, investigadores de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) han desarrollado un robot humanoide, llamado DeeChe, que es capaz de aprender a hablar como un bebé de entre seis y 14 meses interaccionando con personas. De aquí al asunto de los replicantes de Blade Runner hay una enorme distancia, pero podría ser la semilla para construir en un futuro cerebros robóticos que se fueran enriqueciendo y construyendo con la experiencia, al igual que el de los humanos.

Avendaño no tarda en bajarnos de las nubes de la ciencia ficción: «Las especulaciones que pueden derivarse del actual conocimiento de la física, la química y la biología que permitan la creación de androides o replicantes, requieren aún de un acto de fe en lo que se refiere a la construcción de sus cerebros». Aceptado este salto mortal, para él «las cuestiones neurocientíficas que se presentan en la película son bastante creíbles».

«Por ejemplo, el uso de un test para distinguir a los replicantes de los humanos recuerda a diseñados para identificar ‘pensamiento’ en una máquina, como el test de Turing». Esta prueba, diseñada en 1950 por el matemático Alan Turing para determinar si una máquina es inteligente, consiste en situar a un juez en una habitación, y un ordenador y un ser humano en otras dos separadas. Básicamente, el juez debe descubrir cuál es el ser humano y cuál es la máquina mediante preguntas.

«En lugar de preguntar qué hace que una máquina sea como un ser humano, compáralos. Si el hombre y la máquina dan la misma respuesta ante las mismas preguntas, entonces son iguales. Es muy simple y por eso su formulación resulta tan potente», reflexiona Molina.

«El test como herramienta para la diferenciación humana es un tema distinto. Y como se ilustra en Blade Runner, podría ser una tarea muy compleja. Pero pensemos en el caso de un organismo cibernético, ¿dónde termina la máquina y dónde empieza el humano? Aquí tendríamos que pensar en conceptos como el ‘post-humano’, una nueva especie mezcla de humano y máquina cuya mente y cuya consciencia no está generada únicamente por un sistema nervioso biológico, sino que se conecta con dispositivos artificiales para crear una mente extendida más inteligente y consciente de su entorno», continúa el investigador.

Arrabales, como otros científicos, cree más en un futuro de cíborgs o humanos cibernéticos que en los replicantes de Blade Runner. Por ahora, Neil Harbisson es el primer cíborg reconocido oficialmente como tal por un gobierno. Que la foto de su pasaporte, en la que posa con su ojo electrónico, no sea ciencia ficción sino realidad, parece dar la razón a los que vaticinan un mundo en el que las personas se integrarán naturalmente con las máquinas para ser más inteligentes y capaces.

Un 36% de humanidad

A día de hoy ninguna máquina ha sido capaz de superar el test de Turing original. «Sin embargo, existen versiones limitadas, como las de la competición BotPrize, donde personajes de videojuego controlados por ordenador intentan hacerse pasar por humanos», explica Raúl Arrabales, profesor del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UC3M. «En este entorno hemos conseguido diseñar personajes virtuales con ratios de ‘humanidad’ entre el 30% y 36%. Es decir, que aproximadamente un tercio de su comportamiento observado en el videojuego es indistinguible del que tendría un humano en la misma situación», continúa.

Fuente: SINC

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Ana Botella dice que Madrid no necesita recogida diaria de basura

22 junio , 2012

En declaraciones a Radio Nacional de España, Ana Botella ha asegurado que Madrid no necesita un servicio de recogida diario de basura y ha justificado su propuesta en que es «de las pocas ciudades europeas, si no la única», en la que la basura se recoge todos los días del año, salvo el 24 y el 31 de diciembre, por lo que ha estimado viable «reducir» la frecuencia.

[…]

Eso sí, la alcaldesa de Madrid no quiere renunciar a su sueño de los Juegos Olímpicos, a pesar de las débiles arcas municipales y la crisis.

Ver artículo completo en EL PLURAL

Y como bien nos dicen en EL JUEVES:

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Alemanes, ¡esta es vuestra casa!

21 junio , 2012

Portada de EL JUEVES (20-26 de junio de 2012)

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Detenido en Ceuta por ir a misa disfrazado de diablo

18 junio , 2012

El hombre fue detenido por un supuesto delito de alteración del orden público

EFE Ceuta 12/06/2012

Los agentes de la Policía Local de Ceuta han denunciado a un hombre, cuya identidad no ha sido facilitada, cuando pretendía acceder al interior de la Santa Iglesia Catedral disfrazado de diablo mientras se daba una misa.

El suceso, según informaron este martes fuentes policiales, se produjo ayer, lunes (11 de junio), cuando los agentes fueron alertados por unas personas que habían visto al hombre acercarse al templo religioso y cuya intención era la de entrar en su interior.

El hombre se encontraba disfrazado de diablo y pretendía acceder al templo religioso en el momento en el que se estaba dando misa y había más personas en la iglesia, sobre todo por la confirmación de varios menores.

El hombre fue detenido por un supuesto delito de alteración del orden público y trasladado a las dependencias policiales, sin oponer ninguna resistencia.

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El resurgir del Heavy Metal

16 junio , 2012

El género vive un momento dulce gracias a la inclusión de algunas de sus bandas más representativas en los grandes festivales

20 Minutos
(15-junio-2012)

La elección era compleja. El pasado mayo, los lectores del influyente semanario británico NME votaban para elegir el mejor disco publicado en su país durante los últimos 60 años. Y era compleja porque había mucho donde elegir. Empezando por los Beatles y los Rolling Stones y siguiendo por Queen, The Who, Pink Floyd o Radiohead, por citar solo a algunos. Pero ninguno de ellos se llevó el gato al agua: el más votado fue The Number of the Beast, tercer álbum de Iron Maiden y pilar fundamental del Heavy Metal. ¿Una exageración?

«Iron Maiden es un candidato perfectamente apropiado para ese título», opina Paco Fernández, de Century Media, el sello europeo más importante de entre los que trabajan el metal en todas sus acepciones. «Fue la primera banda británica que cruzó el telón de acero, lo que en su momento era impensable, no han parado de hacer giras y discos y siguen en activo. Se lo merecen».

Melenas al viento

El hecho es que, exageración o no, el Heavy Metal vive días dorados. Un buen termómetro son los festivales: el pasado 26 de mayo, Metallica congregó a 90.000 personas en el Sonisphere de Getafe (Madrid). Los encargados del Primavera Sound barcelonés apostaron por Napalm Death, Godlflesh o Mayhem, muy alejados todos ellos del resto de sus propuestas habituales. El 20 de julio arrancará en Benicàssim la primera edición de Costa de Fuego, centrado exclusivamente en los sonidos más duros y en el que estarán Guns n’ Roses, Marilyn Manson o Barón Rojo, entre otros. Y el Azkena Rock Festival de Vitoria ha contado este fin de semana con Twisted Sister y Ozzy Osbourne como dos de sus principales reclamos.

«El heavy nunca pasó de moda», opina Marcos, dependiente de una tienda de discos que ya hacía novillos a principios de los ochenta para escuchar vinilos de heavy en casa de sus amigos, «pero es cierto que cada vez se ven más chavales aficionados al género. Tengo una teoría: en tiempos de crisis, por alguna razón, determinados géneros como el punk o el metal suben como la espuma. Ya pasó en la Inglaterra de Tatcher y vuelve a ocurrir ahora».

Hay quien opina, sin embargo, que el repunte del heavy no es más que una nueva evidencia de la falta de ideas en el rock y lo cíclico del fenómeno revival: si hace unos pocos años vivimos el regreso de la nueva ola, ahora toca el del heavy. Y siguiendo esa lógica, dentro de unos años llegará el del grunge.

En cualquier caso, una cosa está clara: si existe un género que cuente con una base de fans absolutamente fiel y entregada, ese es el heavy metal. Así que, más que un revival, su vuelta a la agenda quizá se trate de poner en el lugar que le corresponde a un estilo de música a menudo olvidado por los medios y venerado por el gran público.

Un fenómeno global

El heavy metal se ha expandido por todo el planeta. Sin embargo, no en todas partes es sencillo ser heavy; en muchos países musulmanes es considerado haram, música del diablo. Parte de ese debate quedó plasmado por Scot McFadyen en el documental Global Metal, de obligado visionado por parte de los aficionados al género.

 

Cinco discos clave para adentrarse en el heavy

<p>Black Sabbath</p>‘Paranoid’ de Black Sabbath (1970). El disco que sentó las bases del heavy y uno de los más influyentes de la historia del rock. En su segundo álbum, Ozzy Osbourne y los suyos crearon una demoledora y oscura colección de canciones que obtuvo cuatro discos de Platino.

<p>Judas Priest</p>‘British Steel’ de Judas Priest (1980). Todo un clásico. Judas Priest abrió las puertas de los grupos británicos al mercado americano con un álbum cargado de significación social (Breaking the Law era toda una declaración de intenciones). Cuero, tachuelas y actitud. El heavy es esto.

<p>Iron Maiden</p>‘The Number of the Beast’ de Iron Maiden (1982). Bruce Dickinson debutó como vocalista de la banda en su tercer disco para lanzarla de lleno al estrellato. Un álbum que cambió para siempre el heavy gracias a himnos inmortales como Run to the Hills o The Number of the Beast.

<p>Slayer</p>‘Riegn in Blood’ de Slayer (1986). Aún se podía ser más rudo. Aún se podía tocar más rápido y con más mala leche. Los californianos llevaron al extremo el thrash, una vertiente del heavy directamente hermanada con el punk, para crear una obra que hoy sigue sobrecogiendo.

<p>Guns</p>‘Appetite for Destruction’ de Guns n’ Roses (1987). El disco debut más vendido de la historia. Axl Rose, Slash y compañía firmaron una colección de hits memorables como Paradise City, Welcome to the Jungle o Sweet Child O’ Mine. Imprescindible de principio a fin.