A poco más de unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Valladolid tenemos un paraje natural digno de respeto y conservación, es El Carrascal (declarado Lugar de Importancia Comunitaria), situado mayormente en el término municipal de Quintanilla de Abajo/Onésimo y compartido con los vecinos Sardón de Duero, Santibáñez de Valcorba, Cogeces del Monte y Quintanilla de Arriba (la otra Quintanilla del Duero).
Contiene más de 5.000 hectáreas, de los cuales la mayor parte está en el páramo calcáreo, zona de monte, más o menos silvestre, poblada de pino piñonero, encina y sabina albar. Área de cría de diferentes rapaces y zona de paso del lobo (con alta presencia del corzo y jabalí), además de una gran riqueza botánica y micológica no conocida del todo.
Durante siglos, hasta la Desamortización de Madoz (mediados del siglo XIX), fue monte comunal compartido por los concejos de Cuellar y Peñafiel, zona boscosa atravesada por vías pecuarias en la que abundaba los ‘Quercus’ (encina y quejigo) y ‘Juniperus’ (sabinas y enebros), y que fue transformado para plantar pino piñonero y en cotos privados de caza. Y también siendo alterado por la explotación de la roca caliza en canteras a cielo abierto, después de usarlas repueblan indebidamente con pino carrasco.
Un lugar interesante que debemos proteger. Una muestra de que Castilla no es el subdesierto que nos han querido vender.